No es oro todo lo que reluce

27/6/08


Aunque parezca que trabajar para los señores Robles y convivir con ellos es un camino de rosas, la realidad es bien distinta. En esta casa hay mucha competencia. La mayor parte de ella es insana. La mayoría de mayordomos es capaz de pasarte por encima pisándote sin ninguna moral.

El mayordomo Huyhua era un joven peruano de treinta y pocos años que residía en España desde hacía tres meses por entonces hace más dieciocho años. Desde hacía dos meses, trabajaba en esta casa. Al principio se le veía sencillo, servicial, natural y humilde. Perú -quitando a los latin kings y demás cientos de miles de delincuentes- está marcada por su sencillez y su educación rozando la perfección. Quizá haya influído la esclavitud que ha habido siempre en este tipo de paises, y la que aún existe. La gente de allí te habla como si tú fueras su amo, y eso te halaga. Así era Huyhua, un ser adorable, siempre con una sonrisa de oreja a oreja dispuesto a hacerte las cosas más fáciles. Nos hicimos grandes amigos y nos tirábamos largas horas hablando de nuestras costumbres de nuestros países. Me hablaba de su familia: de sus hijos, de su mujer, que quería traerlos cuando reuniera el dinero suficiente... de todo un poco mientras hacíamos nuestros quehaceres en la mansión.

Pero todo cambió cuando lo pillé infraganti limándole las uñas de los pies a Alejandro Robles senior. Huyhua no debía de hacer eso. No era su trabajo, pero lo hizo. Quería llamar la atención y ser el mejor de todos. Quería arrebatarme el primer puesto simbólico que tenía yo en el corazón de esta familia y, de paso, ganarse un dinero extra por el morro, hablando en plata. Quedé perplejo durante unos segundos y él me vio. Me alejé con lágrimas en los ojos de la puerta y medité solo en mi habitación cuando tuve tiempo libre. "Si el jugó sus cartas, ahora el turno de jugarlas yo me toca a mí", me dije a mí mismo pensando en voz baja. Siempre he sido un hombre justo, pacífico y leal, pero lo que me hizo Huyhua fue imperdonable y decidí actuar y pagarle con la misma moneda.

Tenía que idear algo igual de fuerte que lo que me hizo Huyhua, porque como ya he dicho, soy un hombre justo. Así que tuve la brillante idea de coger unos calzoncillos de Alex, que por entonces tenía diez años, y ponerlos en el taller del jardín donde Huyhua hacía trabajos extras. Más tarde avisé a Alejandro Robles senior, y en cólera, denunció a Huyhua por delito de pederastia. Evidentemente ya no lo volví a ver jamás en la mansión.


Valmaseda.

5 Comentarios. Comenta tú:

PATY ABRAHAMSSON dijo...

ERES COMO REBECA DE MORNAY EN LA MANO QUE MECE LA CUNA..CRUEL

Anónimo dijo...

Bien hecho hombre,pero qué se ha creido el cholo ese.Tuviste suerte de que no llegara a chuparle los dedos, que si no si que te suplanta definitivo.
Sólo por el nombre que se gasta el menda se lo tiene merecido

Anónimo dijo...

Señor Valmaseda, algunos cuellicortos de estos son muy osados, compruebe a ver si ha acosado a la ecuatoriana, que dado sus patitas cortas a lo mejor no ha podido escapar de su asedio lujurioso.
¡Paty menudas peras te gastas!

Anónimo dijo...

Amigo Valmaseda, mi enhorabuena por defender a ultranza tus dominios y quehaceres, xDDD

Saludos.

P.S. Tus entradas cada vez se superan, amigo :D

nika dijo...

HOLA, PERDONA MI INTROMISION.
PERO QUERIA PEDIRTE UNA COSITA. VAN A EUTANASIAR A MUCHOS ANIMALES Y ME GUSTARIA ME AYUDASES CON MI ENTRADA A QUE LA VEA MAS GENTE PARA ASI PODER ENTREGAR ALGUN ANIMALA A LA GENT.E
MUCHS GRACIAS.