La familia

9/10/08



Cuando llegué a palacio de los Capagne pude ver el poder que tenía esta familia. Sin duda eran mas ricos que nosotros, y si conseguía prometerme con aquel engendro tendríamos muchas más riquezas y poderes incluso que antes de pasar esta crisis económica que me había lanzado a conquistar a Rosy. Allí conocí a su familia. Tenían un abuelo que a sus noventa y siete años se aferraba de manera antinatural a la vida. Tenía la muerte reflejada en la cara y aunque Rosy me advirtió que padecía un principio de demencia, a mí me pareció que ya iría por el final. Su nombre es Marcel, y era veterano de la segunda guerra mundial. Hace sesenta años sufrió en la guerra varias heridas que fueron tratadas con morfina y desde entonces se hizo adicto a ella, como un tal Göering de Alemania, y con aquel precario estado de salud había desarrollado incontinencia de flatos, es decir, se peía de forma descontrolada, y ruego me perdonen por esta impertinencia. Sumando al abuelo drogadicto y con flatulencias estaba el padre de Rosy, Leuis, archiduque de Reville, y su esposa, Monique. Rosy tenía además un hermano, que parecía un auténtico príncipe europeo del siglo XVIII (lo cual no es precisamente un cumplido) llamado Alexander.



En octubre de aquel año fui a cenar con ellos. Estando la familia al completo en la mesa de la cena me recordó no sé por qué a mi familia, quizás por que la echaba de menos seguramente. La primera frase que dijo Leuis, archiduque de Reville, fué.
- Si te llevas a Rosy, te llevas un tesoro.
No supe que decir, pero intente ocultar mi gesto de desprecio diciendo el primer chiste que se me vino a la mente en aquella incómoda situación.
- ¿Como se dice desnudo en francés?... "Ce la vi".
Un chiste que no debió ser muy apropiado porque nadie se rió. En ese momento opté por no hablar, y me limité a asentir cada vez que alguien me dirigía la palabra.
- ¿A qué se dedica su familia en España?
Asentí. Y de este modo, deseando que terminara pronto aquella cena, continué el resto de la noche. Me pareció eterna, todos comiendo al tiempo que a Marcel se le escapaban los flatos, aunque finalmente la pesadilla acabó y empezó una aún peor, Rosy quería hacer el amor...

Entró en mi habitación a medianoche y lamento no poder contar lo que pasó pero aún no me siento con fuerzas como para relatar esa parte de mi vida. Siento no acabar esta historia de una sola vez pero es muy larga y he de contarla en varias partes, gracias por la paciencia que estaís demostrando conmigo.



4 Comentarios. Comenta tú:

Anónimo dijo...

Tranquilo señorito Alejandro, es mejor así, mantienes la intriga del asunto bastante bien.

Como ya aventuró el buen Valmaseda, es usted un caballero y ha omitido los detalles escabrosos de la noche de pasión entre usted y la elegante Rosy.

De hecho, no creo que fueran muy agradables xDDD

Anónimo dijo...

Realmente piensas que tienes un buen blog??? esto es una mierda pinchadita en un palo es como el blog del tal sr mojon ese una puñetera mierda

Anónimo dijo...

yo me parto con el blog, de los mejorcitos de blogs de humor.

Anónimo dijo...

asi que te follaste al bicho? xD