Herencia con sorpresa

29/9/08

Esto ocurrió hace ya algunos años, siete creo, y en aquella época vimos con tristeza como la vida se escapaba de la abuela María Antonia (luego vimos con más tristeza aún como se recuperaba, y vive a día de hoy, después de siete años, en la mansión de la familia). Mi padre descubrió que la fortuna de la abuela no tenía beneficiario por lo que la sacó de la residencia donde estaba y la instaló en casa. Hacía tres años que mi padre internó a la abuela en la residencia, en ese tiempo he de reconocer que no la visitó muy a menudo, creo que la última vez que puso el pie en la residencia fue el día del ingreso porque no le dejaron firmar el internamiento a través de internet. Pero la familia volvía a estar unida. Sin embargo, y a pesar de su regreso a la mansión, el tío Fernando seguía siendo el preferido de la abuela, y tenía pensado ponerlo de beneficiario de la herencia.

Mi padre me dijo que buscara algún trapo sucio en la casa de Fernando con el objetivo de ganar la antipatía de la abuela. Lo visité con un falso pretexto, y cuando observé que no había vigilancia subí al despacho y miré en todos los cajones del escritorio. No hallando nada me dirigí a su habitación. Lo primero que ví allí fue ropa interior femenina tirada sobre la cama, "Fernando siempre fue el más cabeza loca de la familia, siempre de fiesta en fiesta y relatando con detalle sus innumerables conquistas" pensé "seguro que anoche tuvo fiesta con una guarrilla".

No pude encontrar nada en contra de él por lo que decidí inventarlo. Mi abuela era de mentalidad ligeramente antigüa, no obstante parece que está disecada en lugar de viva, y pensé que si decía que Fernando era homosexual conseguiríamos la herencia.

El resultado fue el esperado, y la abuela llamó a Fernando para expresar su rechazo. Minutos después se presentaría de esta manera.



Dijo que sí, que estaba harto de disimular con sus relatos de macho y que estaba dispuesto a luchar contra el mundo. Entonces comprendí que hacía aquella ropa interior. El tío Fernando no solo era homosexual sino travesti. El éxito era rotundo, de no ser porqué a la abuela no le importó aquello y no cambió sus planes. Ante un notario, María Antonia se puso sus gafas de cerca y examinó cuidadosamente los papeles de la herencia. Solo estaba con ellos mi padre, cabizbajo por lo sucedido. De repente, la abuela se inclinó y le dijo "¿Como se llamaba mi hijo, el que es gay" a lo que respondío mi padre "Ese bastardo se llama Alejandro Robles, mamá, Alejandro Robles".

3 Comentarios. Comenta tú:

Anónimo dijo...

Bonito relato familiar con un desenlace exitoso, estimado Alejandro.

Me alegro de volver a leerte por aquí, tus anécdotas siempre me arrancan una sonrisa.

Saludos!

doctor mojon dijo...

Es la mejor historia que he leido en mucho tiempo de todo internet.

Y el desenlace ha sido lo mejor, no me lo esperaba. Sobre todo la reacción de María Antonia.

PATY ABRAHAMSSON dijo...

MUY BUENO, ME ALEGRA QUE HAYAS VUELTO