El mundo se divide entre los que comen caviar y los que comen mortadela. Los primeros vivimos la vida, los segundos solo existen. El caviar es escaso, exclusivo y muy caro. La mortadela es abundante, barata y tiene tropezones y gelatina. Por tanto, creo que la humanidad se divide en dos filosofías principales: la filosofía del caviar y la filosofía de la mortadela. A continuación os propongo un sencillo test, para que averigüéis como sois. Cada frase afirmativa vale un punto. Las frases con las que no os identifiquéis vale cero puntos.
1- Paso por un escaparate y me detengo ante un artículo que me cautiva (ropas, joyas, perfumes, y/o cualquier otro artículo) y paso de largo imaginando, al llegar a casa, que lo tengo.
2- Entro en un establecimiento con el dinero justo para comprar un artículo que me gusta y al llegar al estante veo dos o más. Debo elegir uno porque no me llega para todos.
3- Paseo por la calle y veo a un individuo exhibiendo algo caro (joyas, vehículos, rolex, étc.) y lo miro de reojo evitando que ese individuo sepa que lo observo para que no se crea importante o envidiado. Si desea que pierda ese objeto vale dos puntos.
4- En una conversación con amigos y/o conocidos exagero el valor de un objeto. Ejemplo, tengo una piscina hinchable y digo que tengo una piscina climátizada. Tengo cava y digo que tengo Champagne rondel oro. Si el objeto en cuestión no solo es exagerado sino inventado vale dos puntos.
5- Un conocido me cuenta anécdotas y/o datos sobre un viaje a Fijis, Riviera maya o cualquier lugar exótico y yo se lo cuento a un amigo como si el viajero fuera yo mismo.
6- Voy a un local, club, pub, o cualquier otro lugar de ocio y me abstengo de consumir diciendo que no me apetece aunque en realidad no sea así.
7- Compro y utilizo artículos de cualquier tipo (zapatos, vestidos o trajes, relojes. étc) de imitación y los hago pasar como auténticos ante mis amigos, aunque el jinete de Ralph Lauren tenga un bate de beisbol en lugar de un palo de polo, o el cocodrilo de Lacoste se esté despegándo. Si es demasiado cantoso vale dos puntos.
8- Compro mortadela, me aprovecho de los "dos por uno" y los "tres por dos", consulto con frecuencia mi saldo de puntos en el supermercado y consumo productos de marca "hacendado".
9- Hago la Quiniela, compro cupones de la ONCE, étc. Participo en sorteos de este tipo con la esperanza de que canten mi número y así cambiar de vida.
10- Tengo jefe, me humilla y/o sobre-explota, y aún así tengo que esforzarme y lanzarle una sonrisa. Si el grado de humillación es elevado vale dos puntos.
Suma los puntos obtenidos y espera la respuesta dentro de un par de entradas. Suerte.
"Advertencia; si no eres sincero en la suma de puntos alterarás el resultado del test".
A la señora Flores se le acumulaba el trabajo. Es la mujer de Valmaseda, y se encargaba de la limpieza y el orden en la mansión. Pero sus articulaciones se endurecían, y aunque le dabamos esteroides anabolizantes a escondidas en el desayuno no podía limpiar y ordenar ella sola toda la mansión. De hecho solo sirvió para esto.
En la foto, la señora Flores en el verano del 96.
Entonces mi padre me encargó que buscara a dos empleados para las tareas domésticas. Casualmente, una noche llegaron a la mansión dos ecuatorianas vendiendo rosas. La mayor se llamaba Manila, la joven era su sobrina Zuleira. Les dije que estaba buscando personal de limpieza y ellas se ofrecieron encantadas para trabajar en la mansión. Ya no están tan encantadas, pero siguen trabajando con nosotros a día de hoy. Cogí un paño húmedo y les froté la cara con fuerza, luego me dí cuenta de que era su color de piel y les dí las instrucciones oportunas. Manila y Zuleira son todoterrenos de la limpieza. Viven con nosotros, en la habitación de Conde, estancia muy cómoda siempre y cuando, claro está, no lo molesten. Manila resultó herida en el asalto a la mansión, pero afortunadamente se recuperó, y mantiene en orden nuestro sencillo hogar.
Abajo, foto de la señora Flores en el verano del 2004.
Mi padre trabajaba en la empresa de vinos que creo haber mencionado ya en alguna ocasión, y cuando tenía diez u once años de edad se trasladó a las oficinas de Madrid, para gestionar y dirigir el negocio junto a su hermano Fernando. Había dejado atrás la mansión de la familia y aquel apartamento de tres plantas y piscina sin climatizar era insoportable. Entonces decidí un buen día dar un paseo por las calles de aquella, para mí, desconocida ciudad. Mis pasos me llevaron a Carabanchel, donde conocí a Samuel, el niño con el chándal de rayas.
En la actualidad, su aspecto desaliñado, sus chándals Nike, y sus horteradas de oro colgándole del cuerpo me habrían rechazado de pleno, pero en aquella época era ingenuo y jugué con él como si fuera un igual. Me llevó a su chabola, donde conocí a sus trece hermanos, y todos juntos jugamos a atracar a las ancianas a punta de navaja. Fue muy divertido. Pero mi padre se preocupó cuando me pilló escuchando al Tijeritas.
- ¿ Qué estás escuchando ?. Me preguntó con la mosca en la oreja (en sentido figurativo, no como las moscas que tenía en la oreja Samuel)
- Esto... estaba... no es lo que parece papá. Dije cuando me vio el cd del Tijeritas entre las manos.
Mi padre descubrió la amistad que me unía al pequeño salvaje y me prohibió volver a verlo. Pasó el tiempo y volvíamos a la mansión. Entonces decidí escabullirme e ir a Carabanchel para despedirme de Samuel.
- Mi padre dice que tenemos que ser enemigos. Le dije al niño con el chándal de rayas. - Pero seremos amigos para siempre.
Cuando me regresé a la mansión me quedé triste, al menos, hasta que mi padre me compró la Supernintendo.
Hace más de diez años, cuando Alex tenía unos dieciseis o diecisiete años, le contaba cuentos todas las noches a las nueve cuando iba a la cama. Su padre siempre me lo encargaba, pues conmigo siempre acababa dormido. Además de eso, reflexionábamos y opinábamos sobre la vida, sobre las personas y sobre las cosas.
Yo le hablaba sobre la belleza interior. Él al ser tan pequeño no lo comprendía, y decía que de eso no se fiaba porque "la belleza interior no es tangible", y que prefería a una chica guapa porque tenia algo bello seguro. Yo le decía que, muchas veces, las personas eran transparentes y que podías ver todo el amor en su corazón. Y que, al fin y al cabo, el físico se deteriora con los años.
Para hacerle entrar en razón, yo le ponía casi todos los fines de semana, que era cuando no tenía deberes del colegio, la película "La bella y la bestia". Esto debió de funcionar, pues le encantó, colocando la película entre sus favoritas de su colección de Walt Dysney.
Gracias a mí, Alex Jr,ha aprendido que en la vida hay que tener unos valores. Gracias a mí no se ha convertido en un ser superficial.
Veo que tengo lectores más o menos fijos, lo cual agradezco pues me halaga el interés que otras gentes puedan tener en mi vida personal, tan monótona y anodina. De modo que he decidido dedicar un pequeño espacio a agradecer a estos fieles lectores su interés.
El primero de ellos es "Pots" (me comentó en esta entrada) de nombre desconocido y que se define en su blog como un "boy escout corrupto" y viene de "Alicante; Camerún". Obviamente Dios no le dotó de excesivo sentido del humor aunque lo compensó dándole demasiado tiempo libre, de manera que mezclando poco sentido del humor más tiempo libre, por carencias intelectivas, tenemos la ecuación perfecta que da como resultado a nuestro lector elegido para esta entrada. Pots además nos muestra su gran originalidad en una entrada dedicada a Steven Seagal donde pone una serie de fotografías iguales del actor donde coloca, debajo de cada una, el estado de ánimo correspondiente, aunque lamento que en una web se le adelantaran con, exactamente el mismo estilo, Chuck Norris. Esto debió parecerle gracioso a Valmaseda pues llegó incluso a escribirle. Creo que le voy a despedir.
Nos deja todo tipo de lindezas, como que habla swahili y otra serie de lenguas exóticas buscadas en el Google, en un último intento de parecer rompedor y mordaz, aunque seguramente tenga que buscar el significado de estas palabras si lee esta entrada.
Postea además todos los días, por lo cual podemos intuir que tipo de vida lleva. Hablé hace poco con él y me dijo que siendo repartidor de pizzas es lo que tiene, que conoce a poca gente y los sábados por la noche se queda en su casa escribiendo, cosa que no entiendo del todo pués podría pintar un poco con acuarela o hacer algo adecuado a su edad mental como un collar de macarrones. Querido lector, pongo además la foto que me mandaste, en la que sale más favorecido de las cinco que me pasaste. Saludos fiel lector, y al resto.
Toda historia tiene un final. Después de un mes de relación, si se le puede llamar de ese modo, llegó el momento en que debía contraer matrimonio con Rosy. Debíamos pagar aún muchas deudas, pero no míseras deudas de solo dos millones de pesetas como teneis ustedes. Estabamos en bancarrota y a punto del embargo. Me reuní con Rosy y respiré profundo.
No siempre hemos sido ricos, hace un par de años tuvimos serios apuros a causa de un negocio que quebró y no se qué problema fiscal con sobornos y recalificaciones, el caso es que nos vimos en serios apuros que estuvieron a punto de desestabilizar nuestra posición económica. Mi madre desesperada me hizo una petición. Había una joven de la alta nobleza de Francia que estaba soltera, si accedía a casarme con ella se solucionarían rapidamente nuestros problemas económicos. Mi madre me dijo que tenía más o menos mi edad, es decir, 27 años por entonces, y ya todo me dio mala espina. Una mujer de la alta nobleza que a los 27 años no estaba casada debía ser por algo. Mi madre dijo que la conociera en la fiesta del Verano.
Las fiestas de la alta nobleza me aburren. En cierto modo me gusta más rodearme de "nuevos ricos" que de aristócratas. Quizás sea por mi naturaleza humilde (no penseís mal, no soy un nuevo rico) pero me gusta más la sencillez de esa clase que la extrema protocolaria de los nobles. El día 22 de septiembre se celebra en Austria una fiesta a la que suele acudir la nobleza europea, se trata de la fiesta de verano, que pone fin a esta estación del año, y que me aburre de gran manera. Mi abuela tiene impedida la entrada, desde que un año comenzó a bailar desnuda en el gran salón, fruto de su demencia. Allí conocí a Rosseum de Capagne, Rosy para los amigos, la chica francesa de la que me habló mi madre. Entonces comprendí el por qué de su soltería.
El primer sentimiento que me recorrió el cuerpo fue compasión. Era de la más distinguida nobleza de Francia y siglos y siglos de incesto entre sus antepasados habían hecho mella en su aspecto físico sin duda. Intenté pensar en cosas positivas mientras me acercaba a ella para cortejarla, como que debía ver su belleza interior, pero cuando me sonrió abriendo aquella boca pude ver que su interior era igualmente horrible, y peor aún, olía peste. Sin embargo fuí fuerte y la saqué a pasear por los jardines del palacio austríaco. Me persigné, temeroso de Dios, por pasear con aquel anticristo y le besé en los labios. Sentí muchas cosas cuando la besé, aunque no nos engañemos, ninguna fueron buenas y me dio su dirección en Francia. "Todo sea por el buen nombre de mí familia" pensé, y accedí a salir con ella.
La historia continuará en otro momento...
Etiquetas: Anécdotas, Reflexiones