Hace 3 años
Después de mi detención por conducción temeraria mi padre me castigó con no dejarme ir al club de polo. Para todos vosotros, que lo más parecido que conoceis a un club de polo son la zona de actividades de un hotelucho de cuatro estrellas, es un lugar donde se practican distintos deportes; Padel, hípica, polo, jockey, etc. Tenía por esa época 19 años y estaba comenzando el verano. Todos mis amigos iban al club de polo a dar unos saltos todos los sábados y yo tenía que pasear por el centro para vencer el aburrimiento. De repente me detuve en un puesto del top manta y comencé a hojear unos cds. Allí encontré el primer álbum de uno de mis artistas favoritos, mi amigo Enrique Iglesias, y el chaval que vendía los cds comenzó a comentar las canciones. Se llamaba Ben Yassif y era un emigrante ilegal de marruecos.
A pesar de nuestras diferencias culturales conectamos muy bien y poco a poco nos hicimos amigos. Pero tenía mis reservas a la hora de presentarle a mis otros amigos, no por un tema de racismo, ya que mi padre era muy amigo del rey Fahd que también era árabe, sino por su situación. En una ocasión estaba hablando con él y llegaron de improviso Marcos y otros amigos y metí a Ben en el maletero de mi coche. Se me olvidó que estaba allí y se pasó casi nueve horas encerrado en el maletero. Cuando me acordé de donde lo dejé llegué a temer por su vida porque dejé el coche aparcado al sol en pleno julio, pero esta gente está acostumbrada al calor y no le pasó nada de gravedad.
Una vez me dijo que quería ir al club de polo y entonces me dí cuenta de lo que quería. Desde un principio fue a por mi dinero. Mi posición social le atrajó como la luz a la polilla. Confieso que me costó coger el teléfono y llamar a la policía para denunciar la situación irregular de Ben Yassif para que lo extraditaran pero no pude soportar aquella traición.
A pesar de nuestras diferencias culturales conectamos muy bien y poco a poco nos hicimos amigos. Pero tenía mis reservas a la hora de presentarle a mis otros amigos, no por un tema de racismo, ya que mi padre era muy amigo del rey Fahd que también era árabe, sino por su situación. En una ocasión estaba hablando con él y llegaron de improviso Marcos y otros amigos y metí a Ben en el maletero de mi coche. Se me olvidó que estaba allí y se pasó casi nueve horas encerrado en el maletero. Cuando me acordé de donde lo dejé llegué a temer por su vida porque dejé el coche aparcado al sol en pleno julio, pero esta gente está acostumbrada al calor y no le pasó nada de gravedad.
Una vez me dijo que quería ir al club de polo y entonces me dí cuenta de lo que quería. Desde un principio fue a por mi dinero. Mi posición social le atrajó como la luz a la polilla. Confieso que me costó coger el teléfono y llamar a la policía para denunciar la situación irregular de Ben Yassif para que lo extraditaran pero no pude soportar aquella traición.
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3 Comentarios. Comenta tú:
Esta historia ha conmovido todas las fibras de mi ser.
Me emociono al pensar lo duro que debió ser todo este asunto para ti.
Suerte que pudieras contar con las atenciones del fiel Valmaseda.
El otro día te defendí de dos blogueros faltones, pero hoy voy a ser yo la que te falte.
Me espantan los chivatos y tú has demostrado ser uno. Sigue provocando eso es lo que te va.
"pero esta gente está acostumbrada al calor y no le pasó nada de gravedad"
jajaja...eso se llama mala leche cortada con humor negro: usted progresa adecuadamente. A ver que suelta mañana.
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